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Los cuidados y la discapacidad

LOS CUIDADOS EN LA DISCAPACIDAD
La consigna fundamental para cuidarse o
cuidar a una
persona con discapacidad es formarse sobre el tipo de
discapacidad que lo afecta, sus causas, progresión de la misma y
todos los detalles clínicos relevantes; de este modo resultará más
fácil comprender la discapacidad y la persona a la que se asiste.
Sólo el conocimiento proporcionará unos cuidados eficaces.
Hay discapacidades que avanzan en el tiempo. Una  revisión
médica con la frecuencia que defina el especialista es importante
para saber el estado de base de la persona. De esta manera se
podrán establecer los cuidados necesarios y se estará en
condiciones de hacer los ajustes necesarios a su rutina diaria.
Terapias
De acuerdo con el tipo de discapacidad que afecta a una
persona, el médico indicará terapias apropiadas que bien pueden
ser para que la persona pueda recuperar sus facultades físicas o
mentales progresivamente o para aliviar los efectos de la propia
discapacidad.
Asistir a las terapias de forma regular, en especial si se trata
de sesiones para rehabilitación es clave para la evolución positiva
de la persona.
Ejercicio y actividad física
La actividad física moderada es indispensable para
mantener una buena salud.
Planificar una alimentación equilibrada
Una dieta saludable es clave para la salud de todas las personas.
En el caso de las personas con discapacidad es mucho más
importante.
Tener claras las necesidades nutricionales de la persona
y planificar su menú semanal para que consuma los alimentos
que lo benefician evitando aquellos que pueden ser dañinos según
la condición de salud.

Una rutina de cuidado personal
El aseo diario es vital, eso no tiene discusión. Mantener una
buena apariencia es vital para el estado de ánimo; una persona que
se ve bien se siente bien consigo misma.
Los horarios son muy importantes
Una rutina bien estructurada con horarios específicos para
las diferentes tareas es importante para la salud mental de cualquier
persona. En el caso de las personas discapacitadas es un punto
que hay que llevar con disciplina para garantizar su calidad de vida.
Orden y limpieza
El orden y la limpieza del hogar son uno de los aspectos más
importantes cuando se trata del cuidado de una persona con
discapacidad. Limpiar, lavar la ropa, planchar, cocinar y hacer la
compra son tareas que forman parte del cuidado del discapacitado.
Equipos y accesorios
Una persona con discapacidad suele necesitar ciertos equipos
y accesorios para tener un poco de independencia. En este
aspecto, es importante tomar en cuenta las recomendaciones de los
especialistas en cuanto a la elección de sillas de ruedas, bastones,
andadores, camas articuladas entre otros.
Es fundamental eliminar las barreras arquitectónicas que
puedan existir en el hogar para facilitar el tránsito de la persona por
todas las estancias.
Cuidado de la salud emocional
La salud emocional de las personas con discapacidad es
quizá el aspecto más importante para tener en cuenta en sus
cuidados. Necesitan compañía, tener vida social y recibir afecto
tanto o más que cualquier persona.
Frecuentemente sienten predilección por un miembro de la familia y
quieren que sea determinada persona la que las ayude y esté con
ellas la mayor parte del tiempo. Esto a veces puede derivar en
situaciones difíciles en especial si el familiar que le brinda apoyo
tiene otras obligaciones.

A veces es necesario contratar los servicios de un profesional
para compartir las responsabilidades de cuidados y atención de la
persona con discapacidad. La introducción en casa de una persona
ajena a la familia debe hacerse poco a poco para que el
discapacitado la vaya aceptando y le atienda en las tareas más
críticas. De este modo la distribución de responsabilidades en casa
no será una carga muy pesada para ninguno de los miembros de la
familia y la persona con discapacidad siempre recibirá la atención y
el afecto que necesita.

Calidad de vida y discapacidad

CALIDAD DE VIDA Y DISCAPACIDAD

 

La calidad de vida es entendida como un fenómeno subjetivo de acuerdo con la valoración que la persona hace de la satisfacción de sus necesidades.

La calidad de vida para las personas en situación de discapacidad se relaciona con el desarrollo de sus derechos y las oportunidades ofrecidas por la comunidad. Va a estar influenciada por las condiciones de vida en el hogar, en el trabajo, en la educación, en la salud, en el bienestar subjetivo y en la participación de las actividades sociales.

Hablando específicamente del concepto de calidad de vida en personas en situación de discapacidad, se ha encontrado que cuando una persona sufre de alguna condición médica particular, la evaluación de la calidad de vida va a estar determinada por el impacto que perciba de la enfermedad y el efecto del tratamiento en el bienestar. De esta manera, la calidad de vida va a incluir la percepción de limitaciones físicas, psicológicas, sociales y disminución de oportunidades a raíz de la enfermedad.

El papel de la familia en la calidad de vida de la persona con discapacidad, se ha encontrado que los enfoques tradicionales apuntan a determinar cuál es el efecto de la discapacidad de un miembro de la familia en la misma, evaluando aspectos tales como el estrés, las estrategias de afrontamiento, las prácticas parentales, el ambiente familiar, la relación marital, las necesidades familiares, entre otros.

En la actualidad, se ha comenzado a dimensionar la calidad de vida desde un punto de vista más integral, en donde se conceptualiza a la familia como una unidad de apoyo, centrado más en los aspectos positivos y las fortalezas de la familia para enfrentarse a la situación de discapacidad de uno de sus miembros, más que el enfoque patológico tradicional.

Desde el modelo de calidad de vida que integra a la familia, se asume que las familias perciben mayor calidad de vida en la medida en que los miembros tienen las necesidades cubiertas, disfrutan de tiempo juntos y poseen oportunidades para alcanzar metas importantes y relevantes para ellos.

 

CONCLUSIONES

Se han propuesto en relación con las enfermedades los conceptos de optimismo, pesimismo y realismo asociados a la percepción de la satisfacción con la vida bajo condiciones de estrés.

·       Una persona con un estilo optimista está dispuesta, bajo todas las circunstancias a esperar lo mejor de las situaciones.

·       Por otra parte, una persona pesimista habitualmente toma el peor punto de vista de los eventos.

·       Una persona realista mantiene una percepción de la calidad de vida verdadera o con el mínimo de errores de interpretación de acuerdo a características de la salud, de ingresos, entre otros aspectos.

La adaptación en casos de enfermedad crónica o discapacidad va a implicar un ajuste entre las demandas y expectativas que exige un evento que causa una limitación permanente y las capacidades de las personas para dar respuesta a estas demandas, pero como en estos casos no hay posibilidades de cambiar la situación, las estrategias orientadas a la emoción ayudan a reducir el impacto emocional que genera el evento y a largo plazo a lograr un equilibrio ante la situación vital.

Luis Poveda

Fuente: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4815156.pdf

 


Psicología y discapacidad

PSICOLOGIA Y DISCAPACIDAD

 Desde la antigüedad, el tema de la discapacidad, así como las estrategias de atención a las personas dependientes, han sido abordados desde diversos modelos. Los tres modelos principales son:

1.     Paradigma tradicional

2.     Paradigma médico-biológico

3.     Paradigma social

 

1.     Paradigma tradicional

Es el más antiguo y difundido. Dentro de este paradigma se ubican prácticas que involucran, por un lado, el exterminio, la marginación y la segregación y, por otro, la caridad, la lástima y el proteccionismo hacia las personas que se consideran en este contexto como “anormales”. Dentro de las prácticas propias de este enfoque se encuentra la exclusión de las personas con discapacidad de muchas actividades, tanto en la esfera pública como en la privada, así como la utilización de denominaciones peyorativas para referirse a ellas como “discapacitados”, “lisiados” o “minusválidos”, entre otros (Palacios, 2008).

 

2.     El paradigma médico-biológico

El paradigma que siguió al tradicional es el médico-biológico, también conocido como paradigma rehabilitador, el cual surge después de la Primera Guerra Mundial (Palacios, 2008). Desde este paradigma, toda la atención ofrecida a las personas con discapacidad se enfoca en la “recuperación” de las deficiencias presentes en las personas que han adquirido o han nacido con algún tipo de discapacidad y conciben estas deficiencias como “obstáculos” para la inclusión efectiva en la vida social y laboral. En este sentido, la meta última de este paradigma es la eliminación de la deficiencia, de manera que las personas con discapacidad sean capaces de adaptarse a las demandas del entorno, sin que se contemple como necesaria la modificación del entorno para su inclusión efectiva en la sociedad (Padilla-Muñoz, 2010).

3.     El paradigma social

Si bien, los paradigmas, tradicional y médico-biológico continúan siendo patentes en algunos entornos al guiar el modo en que se concibe y se aborda el tema de la discapacidad, desde finales del siglo pasado se han orientado esfuerzos por lograr que el llamado paradigma social o paradigma de la autonomía personal (Egea García y Sarabia Sánchez, 2004).

Desde el paradigma social, se concibe a la persona con discapacidad desde un enfoque biopsicosocial y de derechos humanos, lo que apunta a mirar más allá de la deficiencia y aspira a una participación real y efectiva de esta población en todas las esferas de la vida en la sociedad.

Dentro de este paradigma, se defiende el derecho de las personas con discapacidad a establecer relaciones interpersonales y de convertirse en personas social y económicamente activas (Padilla-Muñoz, 2010).

Esta visión toma en cuenta las barreras del entorno que limitan o impiden la participación real de las personas con discapacidad en diversos ámbitos, como el educativo, laboral, político, entre otros, y se refleja en la definición de la discapacidad en la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (2006) de la Organización de las Naciones Unidas.

Conclusiones

La diversidad es una característica del género humano, para una persona en condición de discapacidad, esta implica una manera particular de vincularse con otras personas y desenvolverse en su entorno.

Toda intervención que busque mejorar las condiciones de vida de las personas con discapacidad debe tener como marco de referencia a la comunidad, con la intención de que el papel como sujeto activo y productivo de la persona con discapacidad se vea legitimado. En este sentido, el eje vertebrador es la intervención sobre la persona y su entorno, es decir, trabajar desde un modelo de salud integral y positiva, a través de la promoción y la capacitación de las personas con las que trabaja en temas de diversidad y de derechos humanos.

Luis Poveda

Fuente: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4836506.pdf